Llevo unos días en los que me cuesta conciliar el sueño, me tumbo en la
cama y por mucho que lo intente, dormirme parece algo imposible, mi cabeza da
mil vueltas a mil cosas. La verdad es que me sobran muchas energías al final
del día, y eso no ayuda.
Pero no es fácil, es vox populi que “tó está mu mal”. Si miras alrededor te
das cuenta de que la gente con inquietudes está agotada, lo han dado por
imposible y reina un sentimiento de resignación, como si fuera algo con lo que
tienes que vivir y en lo que, como mucho, podrás crear tu pequeño oasis donde
refugiarte y vivir tan a tu manera como te dejen.
Últimamente me pregunto si esto de querer cambiar las cosas, de ayudar, de
vivir con ilusión por el futuro es algo pasajero de la juventud que se pierde a
medida que creces. En definitiva me pregunto si algún día yo también me frustraré
y me dará igual todo, si miraré por salvar mi trasero y punto a costa de lo que
sea.
Mi acné hace ya unos años que me dejó en paz y la verdad es que para mí
pasan los años y en ningún caso se diluye ese sentimiento, más bien al contrario,
porque por suerte descubro cada día que no estoy tan loco, o igual sí, pero que
hay más gente como yo. Y porque mi corta lista de cosas por las que merece la
pena luchar desde luego incluye un futuro mejor, más justo y equitativo.
Es difícil encontrar gente entrada en edad que aún crea en esta metáfora de
la felicidad, con ganas de luchar. El “Imagine” de Lennon ya tiene sus años y para
nuestra generación el gris y el rojo sólo son colores, pero ¿dónde está toda
esa gente que luchó contra una dictadura, que libró guerras, que salía a la
calle? Ya, ya sé que la mayoría habrá muerto o serán ancianos, pero ¿no les
contaron a sus hijos la importancia de luchar por lo que es justo?
Algo tuvo que salir mal, mi madre sonríe cuando le explico las cosas en las
que creo, pero sus ojos no pueden evitar mostrar un poco de desilusión, de “ojalá
tú puedas cambiar algo, pero las cosas han sido así siempre, y seguramente lo
seguirán siendo”. Me pregunto si el problema fue que su generación sacrificó
demasiado a cambio de los placeres mundanos que tuvieron al alcance de sus
manos y que sus padres no habían podido tener, si vivieron suficientemente bien
como para ignorar lo que iba mal, y ahora que la nuestra no va a poder, nosotros
sí tenemos la necesidad de abrir la boca de nuevo.
¿Tan básicos y egoístas somos que sólo cuando nuestro plato se vacía somos
capaces de alzar la voz? No puedo evitar acordarme un poco de mi bisabuela, que
sacrificó su vida por los demás, que, aunque salía más aguada, hacía sopa para
todos los que no tenían nada que echarse a la boca. ¿Hemos perdido la humanidad
entre hipotecas, coches relucientes y panzas llenas?
Creo que tendremos la obligación de enseñar a la generación que nos
sucederá que el dinero no compra casi nada y que se debe intentar sonreír pese
a todo, pero que eso jamás significará resignación.
En fin, yo seguiré con mis sueños a cuestas, siendo el rarito de la familia,
aguantando que de vez en cuando alguno me llame hippie y se eche unas risas a
mi costa, y desahogando mi alma aquí cuando no me deje dormir con sus
inquietudes.
Si has leído hasta aquí es porque me quieres demasiado o porque de algún
modo también sientes algo de lo que he escrito, gracias en cualquier caso y ¡un
beso tan sincero como sea posible!
Paulo Coelho – “El mundo está en las manos de aquellos
que tienen el coraje de soñar y correr el riesgo de vivir sus sueños.”
Me siento exactamente igual que tú y espero no perder la fuerza ni la ilusión.
ResponderEliminarYo seguiré intentando cambiar las cosas para mejor aunque ese cambio sea pequeño y quizá "aburguesado". De momento tampoco se puede hacer más.
No hagas caso de los comentarios y cree en ti mismo, lucha y no pierdas ni la ilusión ni la esperanza! =)
Un millon de alegria y sonrisas (de las de verdad!).
ResponderEliminarEl mundo se corrompe día a día por el sucio materialismo, por la tentacion del consumismo diario; de ahí surgió la codicia y la avaricia de lo material. "Si el niño quiere jugar dale importancia, no artes marciales", no es una frase mía, pero habría ayudado tanto a que nuestro día a día sea como el de antaño. El sacrificio no está a la orden del dia, ahora la gente va a lo facil para poder llevar a cabo el mayor egoismo, el YO y nadie mas. Es triste, sí... pero es lo que hay.
ResponderEliminarKiss ;)
Las manos que ayudan son mas nobles que los labios que solo rezan...
ResponderEliminarTu sigue asi pese a todo y todos!!
EliminarPor cierto...me encanta tu blog! ;P
La edad no va en el cuerpo, sino dentro de la cabeza. Mientras se cuiden las cabezas, cambiará el mundo.
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